Varicela
¿Qué es la varicela?
La varicela es una infección vírica muy común. Suele causar síntomas leves y es más conocida por provocar una erupción cutánea en forma de ampollas que produce picor. Esta enfermedad afectará a la mayoría de los niños que no hayan sido vacunados antes de los 10 años de edad. Tras la recuperación de la varicela, el virus permanece latente (sin síntomas) en el organismo y con frecuencia puede causar herpes zóster (culebrilla) más adelante.
Algunos países de la UE o del EEE incluyen una vacuna contra la varicela en sus calendarios nacionales de vacunación.
En síntesis: La varicela en Europa
- Enfermedad de la piel causada por un virus
- La varicela se propaga por el aire o las superficies contaminadas
- Se calcula que cada año se producen millones de casos entre los niños
- El 90 % de los casos de varicela en Europa afectan a niños o adolescentes menores de 15 años.
- La varicela puede evitarse con la vacunación.
¿Cuáles son los síntomas de la varicela?
Los síntomas de una infección por varicela son muy reconocibles debido a la erupción cutánea que provoca. Todos los síntomas cutáneos pueden estar presentes al mismo tiempo. Por lo general la erupción no se produce en las palmas de las manos ni las plantas de los pies. Una vez infectadas, las personas pasan por una serie de síntomas:
- fiebre
- cansancio
- dolor de cabeza
- dolor de estómago
- erupción cutánea
- protuberancias cutáneas llenas de líquido (vesículas o ampollas)
- costras causadas por la rotura de las ampollas
- piel manchada
- granos con costra
- cicatrices en la piel.
¿Cuáles son las complicaciones de la varicela?
La varicela es más frecuente entre los niños y generalmente desaparece por sí sola. Sin embargo, puede causar síntomas y complicaciones más graves en adultos, especialmente en las embarazadas y en las personas con sistemas inmunitarios debilitados. Las complicaciones son muy raras, pero pueden incluir:
- infección bacteriana de la piel o la sangre
- neumonía (infección e inflamación de los pulmones)
- problemas de coagulación de la sangre
- problemas hepáticos
- encefalitis (hinchazón e inflamación del cerebro)
- cerebelitis (síndrome inflamatorio que provoca disfunción cerebral)
¿Cómo se propaga la varicela?
El virus que causa la varicela es altamente contagioso, ya que el 96 % de las personas que no se han inmunizado mediante la vacunación o la infección previa se infectan después de la exposición. La varicela se propaga a través del contacto físico o al inhalar aire cerca de una persona infectada, o a través de las superficies que ha tocado una persona infectada.
¿Quién tiene riesgo de contraer la varicela?
Cualquier persona puede desarrollar una infección de varicela a cualquier edad, aunque es más frecuente entre los niños no vacunados menores de 10 años.
La varicela supone un mayor riesgo para las embarazadas, ya que son más propensas a desarrollar enfermedades graves y complicaciones como resultado de la infección. También puede aumentar el riesgo de aborto espontáneo y contagiar al feto, una afección conocida como «varicela congénita». La varicela congénita es poco frecuente, pero puede causar graves discapacidades físicas y cognitivas a lo largo de toda la vida.
¿Cómo se puede prevenir la varicela?
La vacunación es la forma más eficaz de prevenir la varicela. La vacuna contra la varicela forma parte del calendario de vacunación infantil en algunos Estados miembros de la UE/EEE.
Evitar el contacto con personas afectadas por la varicela o el herpes zóster (causado por el mismo virus) puede reducir el riesgo de contraer el virus. Las personas con varicela ya pueden contagiarla en los días previos a la aparición de la erupción típica, por lo que resulta más difícil evitar a las personas enfermas.
¿Cuál es el tratamiento de la varicela?
Como la varicela suele desaparecer por sí sola, no se necesita ningún tratamiento específico a medida que las personas se recuperan por sí mismas. Los medicamentos de venta sin receta para reducir la fiebre o ungüentos para reducir la picazón de la erupción pueden usarse para hacer que las personas enfermas se sientan más cómodas. Se recomienda evitar rascarse las lesiones cutáneas para prevenir la formación de cicatrices.
Nunca se debe administrar aspirina a niños/adolescentes menores de 18 años cuando padecen varicela, ya que esto puede causar una enfermedad peligrosa denominada síndrome de Reye.